Catalans, voleu córrer massa; no correu tant que podrieu ensopegar.

miércoles, 20 de junio de 2012

Funcionarios y la crisis

El tema gasto versus funcionarios sigue y sigue, por más que muchos digamos y redigamos que los funcionarios no son la cabeza de turco. A nivel popular y alguno público -como el Sr. Beteta, Secretario de Estado de Administraciones Públicas o miembros del Eurogrupo o de la Eurozona-, siguen empecinados en que la solución pasa por bajar una vez más el sueldo a los funcionarios, meterles en cintura, quitarles derechos adquiridos por el tiempo a costa de su sueldo y subir el IVA. 
Veamos, si se ha demostrado con creces que la subida del IVA no ha reportado beneficios al Estado como esperaban esos impagables cerebros-mentes-pensantes-economistas-del-mundo-mundial, ¿porqué empecinarse en seguir pidiendo que el IVA tiene que subir?. A esas personas cuya mayoría ni viven ni se les espera en esta piel de toro, están acostumbrados a unos niveles de sueldo y de gasto general social que es imposible darse en España. Puedes pedir una subida del IVA a países como Alemania, Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca..., pero no a España, donde el nivel de consumo está bajo mínimos, otra subida del IVA provocará sin duda una nula adquisición de bienes.
Se olvidan que España en un país donde algo más de 6 millones de ciudadanos aún tienen trabajo, donde más del 40% de desempleados son menores de 35 años, donde los ERE'S pululan por cualquier esquina. Subir el IVA es literalmente contraproducente.
Sobre los funcionarios, donde el general de la población no distingue los de oposición, de los asesores o enchufados del partido político en el poder, de los de las comunidades autónomas ni de los ayuntamientos. El Estado o la Administración Central tiene como funcionarios propios por oposición, la cifra aproximada de 500.000 efectivos para toda España, cifra muy por debajo de la media Europea. Pero si sumamos los asesores a dedo, los idem de idem en ayuntamientos y comunidades, la cifra si se dispara. Además, y ahora viene mi dedo en la herida, los funcionarios fetén, además de realizar horrorosas oposiciones para ganar una miseria -tanto en época de bonanza como en la que ahora nos toca vivir-, tienen la gran mayoría carrera universitaria. Pero esto, mis queridos amigos no se cumple con la clase política que llega al poder; ni oposiciones y algunos ni carrera universitaria. Desde la época de Felipe González, la "calidad" de los miembros del Gobierno ha ido a menos de forma concienzuda. Muchos no son ni funcionarios y cuantos Ministros y otros altos cargos que hemos tenido, no son ni universitarios. Resumen, para ser político no se exige nada y si llegas a tocar poder, tampoco. Estamos en una sociedad límite, sin valores, hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades no por culpa de los ciudadanos sino de los que nos han gobernado. En una casa, salvo descerebrados, que los hay; no gastan por encima de sus posibilidades. Para esto no hace falta ser premio Nobel de economía, hace falta sentido común. Sentido que falta en el Estado. 
Ahora toca enmendar la plana, corregir la multitud de desaguisados y tropelías que se han realizado, el Estado tiene que dejar de ser "papá estado". 
Mi amiga la estanquera "rojilla", me hace llegar un correo y dos enlaces. Uno va firmado por un catedrático y versa sobre los funcionarios, otro es un resumen de una entrevista radiofónica en la cadena Ser a la actual Ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato y por último un video de la alcalde de Madrid y esposa del Sr. Aznar, Ana Botella. Sin comentarios.

Así lo pienso, así lo digo. Amigos. Abrazos y besos según corresponda.

A continuación incluyo los tres elementos indicados.

Si por un casual el texto del Catedrático D. Francisco Bastida, no fuese suyo, declino cualquier responsabilidad, aunque sería corregido de inmediato ya que circula por la red y yo lo plasmo tal cual.
   
Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplauden de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.                                               
        
Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado. Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes. La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular. En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo. El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla. 

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo. Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el trabajo sean de fuente pública o privada. Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva. Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos. 

En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta. 

Francisco J. Bastida. 
Catedrático de Derecho Constitucional. 
Universidad de Oviedo.

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La entrevista a Ana Mato.
http://www.cadenaser.com/espana/audios/explicaciones-anamato/csrcsrpor/20120418csrcsrnac_11/Aes/
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Ana Botella en el estado de la ciudad de Madrid.
http://youtu.be/sVnpOGIzoGw

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Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber. Albert Einstein.
Nº.: 164

jueves, 14 de junio de 2012

Viñetas de actualidad

Mis queridos amigos me voy a dedicar en esta entrada a plasmar algunas viñetas de brillante actualidad.
Abrazos y besos según corresponda. Con mi agradecimiento a ya sabe quién y a otros más.

























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Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima. Gar Mar
Nº.: 163

sábado, 9 de junio de 2012

La deuda de la Banca

Cuarenta mil millones de euros, o lo que es lo mismo ¡¡¡ 40.000.000.000 de euros !!!. Esta es la cifra del agujero de la banca aunque mejor sería decir de las cajas de ahorros. Por consiguiente, tenemos que pagar entre lo que quede de la clase media, este disparate a la banca. Una banca que jamás pierde, que siempre nos ha "fastidiado", que siempre nos ha cobrado por todo. Unas cajas de ahorro gobernadas por políticos tanto del Pepé como del Pesoe, en algunas con algún miembro de la izquierda unida, donde sus consejeros también son de partidos políticos. Ahora, tenemos que pagar el rescate, como digo, rescate de cuarenta mil millones de euros. Es un sinsentido, ¿donde a ido a parar ese dinero "perdido" que forma el fenomenal agujero?, ¿pueden devolverlo?. Vaya forma de llevar una economía, ¡¡ah!!, claro que el dinero no es de nadie, está ahí por arte de magia, a disposición de los que mandan, a disposición de los partidos políticos para que ellos pidan créditos para sus campañas electorales y posteriormente tratar de conmutar todo o parcialmente la deuda. Para sus dietas, sus viajes, sus visas, sus comilonas, sus escoltas, sus coches de representación, sus casas.....
¿¿Os dais cuenta que los pocos que ya tienen trabajo, tienen que pagar al Estado para satisfacer tanta deuda aproximadamente 5 meses al año gratis??.
La verdad que me siento abrumado, esto es parte de la democracia a la española, olé.
Así lo pienso, así lo digo.
Amigos, abrazos y besos compungidos, según proceda.

COMPLEMENTO A ESTA ENTRADA. 10 de junio de 2012


Los 40 mil millones de euros han pasado a ser CIEN MIL MILLONES DE EUROS para sanear la banca española. Pienso ante tamaña barbaridad de dinero, que más de un banco que no tendría porqué acudir  a estas ayudas, las pedirá para sanearse de forma barata, y conceder créditos a las PYMES e incluso alguna hipoteca, a un interés mucho mayor que el que ellos tendrán que satisfacer.
40 mil millones son: 16.638.600.000.000 de  pesetas es decir: 16 billones 638 mil 600 millones, más/menos cada ciudadano, incluidos bebés, tendríamos que pagar +/-  412.900 pesetas  = 2.480 euros.

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Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.  Joan Baez.
Nº.: 162    

jueves, 7 de junio de 2012

Esperanza Aguirre y su reducción de diputados

Mi querida amiga Isabella "la Veneciana" y su encantador marido han tenido a bien invitarme a comer en plan "florestal" en su mansión serrana. Ni que decir tiene que la conversación, como siempre interesantísima, versó sobre la "sensacional" noticia con que nos hemos desayunado esta mañana. Esperanza Aguirre va a bajar el 3% el total del sueldo de sus empleados públicos y el 10% de sus altos cargos, además reducir a la mitad el número de "diputados" en la Asamblea Madrileña. Ni que decir tiene que para los tres contertulianos Dña. Espe es sin duda santo, "santa", de nuestra devoción. Pero por primera vez hemos tenido un cierto acaloramiento en el debate. La sangre por supuesto, no llegó al río, y mis queridos amigos, al final me daban la razón.
La noticia tiene miga, y es, creo, de las pocas decisiones que recuerde, totalmente demagógica de mi Esperanza. Pero lamentablemente ha perdido unos cuantos puntos, es como decir que ha subido su prima de riesgo. No voy a insistir con la torpeza de bajar el sueldo a los funcionarios autonómicos, que ya de por sí, más altos que el sueldo paupérrimo que cobran los funcionarios del Estado. La miga se centra en la reducción del número de "asamblearios". Esta reducción es imposible de entrada por:
1º.- Los "asamblearios" han sido elegidos por sufragio universal y por tanto tienen garantizado su escaño hasta la siguiente legislatura.
2º.- Tendrá que modificar por Ley el Estatuto de la Comunidad Autónoma de Madrid. Y esto lleva su tiempo.
3º.- Tendrá que modificar el reglamento de la Asamblea de Madrid.
Por tanto mis queridos amigos, pura, purita demagogia. Una noticia de las que se llaman "una de cal y otra de arena".
Por consiguiente esta medida, que de seguro otras comunidades querrán realizar ????, pese a la pérdida de poder político, no se podrá realizar hasta la próxima legislatura, siempre y cuando siga/n con esta idea que yo, sinceramente no la veo.
Así lo entiendo así lo digo.
Mis queridos amigos, abrazos y besos según corresponda.
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Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego. Proverbio Árabe
Nº.: 161

viernes, 1 de junio de 2012

Funcionarios

Al hilo de la "cabeza de turco" en que se han convertido los funcionarios, me llega, gracias a una lectora de este blog, un enlace a un artículo periodisitico interesantísimo que merece y mucho, su divulgación. Ni que decir tiene que encuentro el artículo de una claridad meridiana, se puede decir más alto pero no más claro. Mis felicitaciones a D. Gustavo Zaragoza. 

Texto publicado por Gustavo Zaragoza bajo el título "un funcionario no es una vaca", publicado en "Levante-EMV.com" (http://www.levante-emv.com/opinion/2012/05/14/funcionario-vaca/904718.html)
Hablar de cualquier colectivo de manera genérica tiene enormes riesgos. En todo grupo humano numeroso cabe el sesgo de utilizar estereotipos, y anécdotas, pero con carácter general es difícil rebatir que los funcionarios han sido una pieza clave en la expansión de la democracia en nuestros país y un elemento fundamental a la hora de garantizar elevados niveles de calidad de vida entre los españoles. Sobre los funcionarios han recaído la educación, la sanidad, la seguridad, la justicia y la investigación, entre otras funciones, a pesar de lo cual, desde hace algún tiempo, aprovechando determinadas leyendas negras, sainetes y ejemplos fuera de contexto, el funcionario español parece haberse convertido en el enemigo a batir, se ha demonizado su función. 

Este proceso de descalificación forma parte de un ataque orquestado contra los servicios públicos, con tres momentos de actuación muy evidentes. En primer lugar, se ha desprestigiado lo público, a continuación se ha precarizado imponiendo condiciones de insostenibilidad y en tercer lugar aparecerá el mercado salvador, la empresa privada sin los problemas de lo público y establecerá una reglas del juego nuevas. Tan nuevas como procedentes del siglo XIX. El primer paso ha sido realizado con enorme éxito: en estos momentos, lo público y sus protagonistas forman parte de los problemas de este país y no de sus soluciones. Se está poniendo contra las cuerdas a los empleados públicos en una espiral de destrucción muy clara. Han sido utilizados como dique de contención frente a la crisis mediante la congelación y posterior rebaja de salarios para sufragar los fastos, endeudamientos y despilfarros. Se les ha aumentado el horario de trabajo, por tanto se les ha vuelto a rebajar el salario, están sometidos a prácticas tan abusivos como recortar el sueldo en situaciones de baja médica, con lo cual un funcionario medio (y esto es un ejemplo real) sometido a una intervención quirúrgica, como consecuencia de la cual deba estar unos 45 días de baja, le puede repercutir en su salario, alrededor de los mil euros. 
Pero hay más. Otra vez bajo la doctrina del shock, a los funcionarios se les ha limitado la carrera profesional, se han puesto en cuestión reglas de juego sobre las que se escribían las garantías de los ciudadanos, moviendo de sus puestos a funcionarios con plaza fija, se han asumido tareas funcionariales por personas de confianza y empresas afines a los gobernantes, con lo cual se está incrementando innecesariamente el gasto y denigrando al funcionario. Evidentemente, alguien ha confundido a los funcionarios con una vaca a la que se puede exprimir y esquilmar hasta el momento de su remisión al matadero Y con todo esto, ¿qué ocurrirá mañana? Muy sencillo, ahora ya solamente falta el último golpe de efecto, la entrada de la empresa privada, sin procesos selectivos trasparentes de sus efectivos, sin independencia en los profesionales y bajo la presión y el mandato autoritario del patrón que no solamente paga, sino que también decide sobre sus vidas y haciendas y de paso sobre las de todos los ciudadanos a los cuales se les impone la santa voluntad del grupo dominante del momento. Misión cumplida.
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La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos. Louis Dumur
Nº.: 160