Catalans, voleu córrer massa; no correu tant que podrieu ensopegar.

viernes, 14 de agosto de 2009

TRÁFICO MULTAS. Nº. 34

Muy buenas tardes mis queridos contertulios anónimos, antes de nada agradeceros vuestra fidelidad con éste vuestro blog. Hoy voy a tratar un tema que afecta a todos los que manejamos un vehículo. Se trata de la “política” emprendida por Tráfico con el fin de multar a diestro y siniestro cualquier infracción que exceda del límite de velocidad establecido en cada momento. Mal, muy mal, así no se hacen las cosas, estamos un poquito hartitos de tanto control de velocidad inútil, de que un simple kilómetro por hora más del establecido esté sujeto a sanción y si procede a la retirada de algún punto del carnet. No se tiene en cuenta el margen de tolerancia obvio y necesario. Se colocan radares de nueva generación –laser- en puntos totalmente innecesarios, incluso en autopistas de peaje. En cambio no se controla ni se sanciona cuando un vehículo en una vía de un carril por sentido invade el carril opuesto con el riesgo que eso supone incrementado en carreteras que por costumbre circulan ciclistas. No se controla el estado de las señales de tráfico, ni si se encuentran ocultas por vegetación haciendo muy difícil sino imposible distinguir lo que pone. No se controla que en cuestión de cincuenta metros de 90 Km/h haya que pasar a 50 si no es a golpe de frenazo con el riesgo de que el vehículo que va detrás nos “pille”. No se controla la multitud de ejemplos de señalización absurda que en youtube se prodigan como quesos para sorna del personal. No se controla el lamentable, en muchos casos, estado de las carreteras, ni se inspeccionan los badenes destroza amortiguadores, que aunque se circule a menos de 40 km/h el traqueteo se convierte en un baile de San Vito digno de una película cómica muda.
Como es en realidad un conductor ante el volante:
Tiene que ponerse un cinturón de seguridad bien ajustado que generalmente le forma en el cuello un enrojecimiento e incluso cierta axfisia y por supuesto incomodidad, pero hay que evitar que en caso de accidente frontal o trasero e incluso de lateral se pierda la vida ¿?, pero si el vehículo vuelca que ocurre en multitud de accidentes, el sujeto puede morirse de un infarto al ver que no se puede soltar o destrozarse el cráneo con el techo. El mismo conductor mira satisfecho al volante, al salpicadero del acompañante e incluso en los laterales, sabiendo que en caso de colisión una multitud de AIRBAGS si no le matan de axfisia o de un infarto por el susto que le produce el tremendo pepinazo que organizan al explotar, pero le pueden salvar la vida.
Mentaliza mentalmente si es portador del chaleco reflectante homologado, de los dos triángulos de averías que nunca sabe como ni donde ponerlos; del juego de luces que es imposible de poner ya que son halógenas y van blindadas siendo necesario un técnico en un taller para proceder al cambio; si lleva debidamente inflada la rueda de repuesto y si lleva cadenas, teléfono móvil totalmente cargado, no conducir más de tres horas seguidas no sea que comience a tener calambres, no puede poner el GPS en ciertos lugares para evitar despistarse de la conducción, no puede hablar por el teléfono móvil…..Aj por Dios para, que me bajo.
El conductor en cambio tiene que llevar de forma constante su coche a la INSPECCIÓN TÉCNICA DE VECHÍCULOS (ITV). Podrían poner una ITV del estado de las carreteras, de las señales, de los badenes, ¿no les parece?.
Total que el sufrido conductor si no tenía bastante con no beber ni una gota de alcohol, de estar pendiente a los cientos de señales verticales que en su camino se encuentra, ahora tiene que estar y muy atento del velocímetro, por tanto su mirada a la carretera pierde un tiempo precioso. Eso sí, cuando Vd. recibe el boletín sancionador y con tal de que no interponga recurso, le hacen un descuento,….señor, señor.
Que sucede en Alemania, donde en las autopistas no existe limitación de velocidad, ¿mueren más conductores o acompañantes que en España con sus limitaciones?, pues la respuesta es negativa y sus coches son tan potentes y estupendos como los que se venden en España. Nada, que habrá ir vendiendo el coche que tanto sacrificio nos ocasionó, e ir cogiendo otro tipo de transporte donde a uno no le multen. De que vale que los vehículos se fabriquen tan potentes, que sólo mirando el velocímetro uno se pone a temblar de la velocidad que puede coger el bicho, ¿para qué?, pá ná.
Datos reales que se tienen y que han sido publicados por la prensa (entre otros, elmundo.es) donde se confirma el afán recaudatorio de la Dirección General de Tráfico. Aunque el 80% de los accidentes se producen en la red secundaria, la inmensa mayoría de los radares no sólo se ha instalado en autovías y autopistas, sino en tramos donde nunca se producen.
Estas vías son muchísimo más seguras y en ellas, lógicamente, se dan las condiciones para ir más rápido. Pero además, la velocidad sólo es el factor determinante del 12,8% de los siniestros y de una sexta parte de los fallecidos. ¿Por qué concentrar los esfuerzos entonces en controlar exclusivamente la velocidad cuando el 87% de los accidentes y la gran mayoría de las muertes en carretera responden a otras causas?.

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