Desde mi última entrada han ocurrido cosas que tendrían que haber sido comentadas en este blog, caso Gürtel (novedades), caso Faisán (novedades), el explosivo del 11M, la crisis económica y una década sociata perdida, la actitud generalizada –penosa- del PP “llámese Mariano Rajoy”….., pero voy a insistir con el asunto de los “funcionarios”, ese colectivo que su único pecado es tener de patrón al Estado, que no les defiende ante la insidia y los comentarios contra ellos desde todos los puntos de la sociedad y menos los liberados, sindicatos y otros llamados "agentes sociales". Un pecado que fue el de estudiar para saber que su sueldo será una mierda, condenados al ahorro más exquisito –véase la fábula “la cigarra y la hormiga”-. Un colectivo que es atacado por gentes que tienen su público y que su opinión alcanza el rango de Ley. En fin los pupas del Estado y los pringaos de la Sociedad.
Hay una característica que no he citado en mis entradas o comentarios sobre funcionarios, cuando un candidato a funcionario aprobaba la oposición, después de mucho tiempo de sacrificio amén de alguna carrera universitaria, su primer destino solía ser fuera de su región. Por tanto nos encontramos con el sangrante espectáculo de un “pobre” auxiliar administrativo, como ejemplo, con un sueldo inicial de casi 900 euros irse a vivir por su cuenta a cualquier capital de provincia. Esto no se dice, pero existe y es así, quizás ahora con las autonomías y la descentralización del Estado ocurre poco, pero sigue ocurriendo. Total que estoy cansado de tanta sandez contra los funcionarios, porque los sesudos periodistas y los no menos empresarios (mira por donde, los que originaron la debacle económica), meten en el mismo saco al funcionario por oposición con aquellos otros empleados públicos que ocupan altísimos puestos en la administración y que la gran mayoría no son funcionarios de carrera, o con la pléyade de médicos o con la pléyade de profesores tanto universitarios como de instituto, jueces, secretarios de juzgados……, estos también son funcionarios por oposición.
Veamos Sr. Mario Conde que hace unas fechas le oí en Intereconomía apoyando la congelación del sueldo a los funcionarios, si Vd. como empresario, supongamos fabricante de ventanas, tiene un director general que en vez de contratar más empleados para instalar ventanas por toda España, obliga al único empleado que tiene (con un sueldo de 1.200 euros), a poner una ventana/día por capital de provincia, en total colocaría 54 ventanas cada 54 días hábiles, pero en esos 54 días ese empleado-esclavo tiene derecho a la proporción de sus vacaciones, tiene 2 visitas médicas y su hijo de 3 meses le tiene que llevar un día al médico….. ¡menuda ruina verdad!, entonces vd. a quien despide, al empleado-esclavo que trabaja a destajo o al becerro de su director general que cobra 5.000 euros más dietas más coche oficial más secretaría más teléfono fijo y móvil más tarjeta visa y que encima le llegó recomendado por el liberado sindical de la empresa y que con su política le está llevando a la ruina…..
Si quieren de verdad arreglar este asunto en el Estado, Autonomías y Ayuntamientos, comiencen por:
Eliminar más de un estúpido ministerio, eliminen tanta figura rimbombante como secretarios de estado, directores generales, anulen gastos de representación, anulen cosas como multitud de suscripciones inútiles (por ejemplo periódicos, canales plus), anulen coches oficiales, anulen varios sueldos públicos en una misma persona, lleven a un nivel normal los supersueldos de los políticos en ejercicio, que se supone que trabajan para el Estado para los ciudadanos y porque ellos lo quieren….
Voy a incluir un estupendo comentario publicado en EL PLURAL.COM, cuyo autor es Gustavo Vidal Manzanares aunque la parte final no la comparto no es óbice a quitarla, es el mejor comentario que he leido al respecto. Incluyo el enlace
Si quieren de verdad arreglar este asunto en el Estado, Autonomías y Ayuntamientos, comiencen por:
Eliminar más de un estúpido ministerio, eliminen tanta figura rimbombante como secretarios de estado, directores generales, anulen gastos de representación, anulen cosas como multitud de suscripciones inútiles (por ejemplo periódicos, canales plus), anulen coches oficiales, anulen varios sueldos públicos en una misma persona, lleven a un nivel normal los supersueldos de los políticos en ejercicio, que se supone que trabajan para el Estado para los ciudadanos y porque ellos lo quieren….
Voy a incluir un estupendo comentario publicado en EL PLURAL.COM, cuyo autor es Gustavo Vidal Manzanares aunque la parte final no la comparto no es óbice a quitarla, es el mejor comentario que he leido al respecto. Incluyo el enlace
Funcionarios públicos y sueldos congelados
martes 2 marzo 2010
http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=43838
el plural.com
En 1956, Dolores Medio escribió “Funcionario público”, novela desgarrada donde se narran las penurias de Pablo Marín, funcionario atado a un sueldo mísero que malvivía en un cuartucho junto a su mujer.
Tras las décadas siguientes de desarrollo, la figura del empleado público casi indigente, trasunto del cesante de novelón galdosiano, fue poco a poco hundiéndose en el olvido. Pero en los últimos días, la cloaca política y mediática neoliberal ha babeado de placer ante los ecos de una posible congelación salarial a los funcionarios. Sin embargo, nada sería más injusto que pasar la factura de la crisis a este colectivo. Así, en los momentos de hervor económico y ladrillazo, un encofrador podía duplicar el sueldo de un Técnico Superior de la Administración, y para conseguir que un albañil viniera a casa había, poco menos, que apuntarse en una lista de espera y cruzar los dedos. Mientras los funcionarios perdían poder adquisitivo y realizaban malabarismos contables con el sueldo, miles de paletos de eructo, puti club y caspa montaban una constructora y juntaban billetes de quinientos euros como cromos. Legiones de jóvenes abandonaban los estudios y dejaban sus libros escolares criando polvo mientras se pavoneaban en coches refulgentes… ¿los funcionarios? Unos “pringaos, hombre, unos “pringaos”… ¿para qué estudiar?, ¿para qué invertir?, ¿para qué innovar?... “España va bien”. Y mientras tantos celebraban sus ganancias entre cubatas, risas, rayas de coca y “España va bien”, miles de hombres y mujeres habían inmolado sus mejores años junto a una taza de café cargado, un flexo y un temario de oposiciones. Con los codos clavados en una mesa, viendo la vida desfilar a través del claroscuro de un ventanal, a la espera del momento crucial y temible de los exámenes. Pues bien, ahora resulta que, según los neoliberales, los efectos de aquellos excesos han de pagarlos los “privilegiados funcionarios”, precisamente el colectivo que apenas se benefició del auge económico y que, por supuesto, no provocó la crisis. Según ese planteamiento no pidamos cuenta a las entidades bancarias que prestaron dinero sin las debidas garantías. No pensemos que las ganancias obscenas de la especulación acabaron en paraísos fiscales. No indaguemos en ayuntamientos y comunidades que dilapidaron millones encargando obras absurdas que enriquecieron a empresarios. No, no… todo esto que lo paguen los funcionarios. Sí, los funcionarios, aquellos “pringaos” durante los años del falso esplendor económico. Sí, el juez que sacrificó como poco cinco años en una oposición terrorífica (aparte de los cinco de carrera) para ganar menos que muchos fontaneros. Sí, los miles de opositores que hubieron de recurrir al Lexatín, el policía que se juega la vida por mil quinientos euros mensuales, el auxiliar que no gana más de novecientos… ¡resulta que estos han de pagar la crisis y son unos “privilegiados”! Y todavía el funcionariado español no se ha mentalizado que todas las ideas de congelación salarial y ataque a lo público responden a la sobrecogedora ofensiva de la derecha ultraliberal, que ha sustituido a la derecha “de toda la vida” y que presiona con una fuerza devastadora acoquinando a muchos gobiernos de izquierda que, contra su sentir, han de plegarse a estas medidas. Pero los funcionarios españoles, en una suerte de suicidio colectivo, votan masivamente a la derecha actual. Y esta derecha neoliberal odia lo público. La doctrina ultraliberal es muy simple: que unos pocos se apropien y aprovechen del esfuerzo y trabajo de la mayoría. En la más genuina línea de Esperanza Aguirre y su entrega de los servicios públicos a codiciosas manos privadas. En este sentido, que un funcionario votase a la derecha “de toda la vida” podía entenderlo, pero que vote a la actual derecha, la neoliberal, me parece tan esperpéntico como que Emilio Botín se afiliara al Partido Comunista Revolucionario.
Ahora vienen unos cuantos datos, existen multitud más, pero entresaco estos:
martes 2 marzo 2010
http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=43838
el plural.com
En 1956, Dolores Medio escribió “Funcionario público”, novela desgarrada donde se narran las penurias de Pablo Marín, funcionario atado a un sueldo mísero que malvivía en un cuartucho junto a su mujer.
Tras las décadas siguientes de desarrollo, la figura del empleado público casi indigente, trasunto del cesante de novelón galdosiano, fue poco a poco hundiéndose en el olvido. Pero en los últimos días, la cloaca política y mediática neoliberal ha babeado de placer ante los ecos de una posible congelación salarial a los funcionarios. Sin embargo, nada sería más injusto que pasar la factura de la crisis a este colectivo. Así, en los momentos de hervor económico y ladrillazo, un encofrador podía duplicar el sueldo de un Técnico Superior de la Administración, y para conseguir que un albañil viniera a casa había, poco menos, que apuntarse en una lista de espera y cruzar los dedos. Mientras los funcionarios perdían poder adquisitivo y realizaban malabarismos contables con el sueldo, miles de paletos de eructo, puti club y caspa montaban una constructora y juntaban billetes de quinientos euros como cromos. Legiones de jóvenes abandonaban los estudios y dejaban sus libros escolares criando polvo mientras se pavoneaban en coches refulgentes… ¿los funcionarios? Unos “pringaos, hombre, unos “pringaos”… ¿para qué estudiar?, ¿para qué invertir?, ¿para qué innovar?... “España va bien”. Y mientras tantos celebraban sus ganancias entre cubatas, risas, rayas de coca y “España va bien”, miles de hombres y mujeres habían inmolado sus mejores años junto a una taza de café cargado, un flexo y un temario de oposiciones. Con los codos clavados en una mesa, viendo la vida desfilar a través del claroscuro de un ventanal, a la espera del momento crucial y temible de los exámenes. Pues bien, ahora resulta que, según los neoliberales, los efectos de aquellos excesos han de pagarlos los “privilegiados funcionarios”, precisamente el colectivo que apenas se benefició del auge económico y que, por supuesto, no provocó la crisis. Según ese planteamiento no pidamos cuenta a las entidades bancarias que prestaron dinero sin las debidas garantías. No pensemos que las ganancias obscenas de la especulación acabaron en paraísos fiscales. No indaguemos en ayuntamientos y comunidades que dilapidaron millones encargando obras absurdas que enriquecieron a empresarios. No, no… todo esto que lo paguen los funcionarios. Sí, los funcionarios, aquellos “pringaos” durante los años del falso esplendor económico. Sí, el juez que sacrificó como poco cinco años en una oposición terrorífica (aparte de los cinco de carrera) para ganar menos que muchos fontaneros. Sí, los miles de opositores que hubieron de recurrir al Lexatín, el policía que se juega la vida por mil quinientos euros mensuales, el auxiliar que no gana más de novecientos… ¡resulta que estos han de pagar la crisis y son unos “privilegiados”! Y todavía el funcionariado español no se ha mentalizado que todas las ideas de congelación salarial y ataque a lo público responden a la sobrecogedora ofensiva de la derecha ultraliberal, que ha sustituido a la derecha “de toda la vida” y que presiona con una fuerza devastadora acoquinando a muchos gobiernos de izquierda que, contra su sentir, han de plegarse a estas medidas. Pero los funcionarios españoles, en una suerte de suicidio colectivo, votan masivamente a la derecha actual. Y esta derecha neoliberal odia lo público. La doctrina ultraliberal es muy simple: que unos pocos se apropien y aprovechen del esfuerzo y trabajo de la mayoría. En la más genuina línea de Esperanza Aguirre y su entrega de los servicios públicos a codiciosas manos privadas. En este sentido, que un funcionario votase a la derecha “de toda la vida” podía entenderlo, pero que vote a la actual derecha, la neoliberal, me parece tan esperpéntico como que Emilio Botín se afiliara al Partido Comunista Revolucionario.
Ahora vienen unos cuantos datos, existen multitud más, pero entresaco estos:
Los ex ministros mantienen durante dos años una pensión por cese de 58.000 euros anuales, cifra seis veces superior a la pensión media española.
Los diputados pueden utilizar a su antojo con cargo a las arcas del Estado aviones, trenes o barcos. Disponen de 5.000.000 de euros al año para viajes.
Hay 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales, 650 diputados y senadores, 139 responsables de Cabildos y Consejos insulares
El lujo de muchos dirigentes autonómicos les lleva a sentar sus posaderas en automóviles de más de 100.000 euros.
Los diputados pueden utilizar a su antojo con cargo a las arcas del Estado aviones, trenes o barcos. Disponen de 5.000.000 de euros al año para viajes.
Hay 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales, 650 diputados y senadores, 139 responsables de Cabildos y Consejos insulares
El lujo de muchos dirigentes autonómicos les lleva a sentar sus posaderas en automóviles de más de 100.000 euros.
Los parlamentarios que no viven en Madrid reciben, además del sueldo, otros 1.823 euros al mes por sus supuestos gastos de manutención y alojamiento. Los locales, 870 para gastos, libres de impuestos. La suma de estos sencillos complementos supera el sueldo de 12 millones de ciudadanos. Además, cobran 150 euros cada día si salen al extranjero, y 120 si viajan por el país.
Hasta hace tres meses, cada eurodiputado disponía de 17.140 euros al mes para contratar a familiares
52 políticos nacionales ocupan cargos en 74 fundaciones distintas
La retención de las nóminas de diputados y senadores es sólo del 4,5%
Sólo el 33% de los diputados del Congreso se dedica en exclusiva a su labor política.
Los sueldos de los políticos electos (aprox. 80.000) cuestan a los ciudadanos unos 720 millones de euros al año,
Un español tiene una pensión máxima de 32.000 euros anuales, pero los políticos tienen derecho a pensiones muy superiores. 74.000 euros. Además estas pensiones no son incompatibles con otros sueldos de la Administración o con otras actividades económicas. Un diputado o senador tiene que estar sólo siete años en el cargo para optar a la pensión máxima (32.000 euros), mientras que un trabajador autónomo o por cuenta ajena necesita 35 años cotizados.
La comodidad de sus señorías para hacer su trabajo es tal que el Congreso regala a los que no disponen de coche propio una tarjeta personalizada con un saldo de 250 mensuales para que viajen en taxi por Madrid.
Hasta hace tres meses, cada eurodiputado disponía de 17.140 euros al mes para contratar a familiares
52 políticos nacionales ocupan cargos en 74 fundaciones distintas
La retención de las nóminas de diputados y senadores es sólo del 4,5%
Sólo el 33% de los diputados del Congreso se dedica en exclusiva a su labor política.
Los sueldos de los políticos electos (aprox. 80.000) cuestan a los ciudadanos unos 720 millones de euros al año,
Un español tiene una pensión máxima de 32.000 euros anuales, pero los políticos tienen derecho a pensiones muy superiores. 74.000 euros. Además estas pensiones no son incompatibles con otros sueldos de la Administración o con otras actividades económicas. Un diputado o senador tiene que estar sólo siete años en el cargo para optar a la pensión máxima (32.000 euros), mientras que un trabajador autónomo o por cuenta ajena necesita 35 años cotizados.
La comodidad de sus señorías para hacer su trabajo es tal que el Congreso regala a los que no disponen de coche propio una tarjeta personalizada con un saldo de 250 mensuales para que viajen en taxi por Madrid.
(datos recogidos del libro "La Casta" de Daniel Montero Bejerano, de la editorial La esfera de los libros)
El político sólo debe serlo por su amor a su País, no por el dinero que pueda ganar que en España es escalofriante, su sueldo sin más prebendas debería ser al de un técnico de la Administración General del Estado, y en caso de continuar más de 4 años con el incremento por trienio. Estoy hablando más o menos en torno a los 3.000 euros antes de impuestos. Veríamos con cuantos "políticos" nos quedamos.
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Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad. Miguel Delibes
Nº.: 73
amigo franjo no creas que te tengo abandonado,solo que llevo una semana de cabeza,pero tu sabes que te sigo y te leo siempre.
ResponderEliminarte felicito por tus entradas que como siempre aparte de interesantes nos informan de las cosas.
un fuerte abrazo amigo!!!!!!!!
Gracias Sony, yo también sigo tu/vuestro blog y estoy al tanto de lo que ocurre en Chile y de esa situación anómala que para mí se está produciendo entre las manifestaciones de la Presidencia y las imágnenes que llegan a nuestros televisores.
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